Respeten sus progreleyes y no sean contradictorios censurandome.

El Congreso no promulgará ninguna ley con respecto a establecer una religión, ni prohibirá el libre ejercicio de la misma, ni coartará la libertad de expresión ni de la prensa; ni el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y de pedirle al Gobierno resarcimiento por injusticias.
(Primera Enmienda de la Constitución de los EE.UU., ratificada el 15 de diciembre de 1791.)



Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Articulo 19 de la Declaración Universal de los Derechos humanos, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948 en Paris.



- 1. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar informaciones o ideas sin que pueda haber ingerencias de autoridades públicas y sin consideración de fronteras.

-2. Se respetan la libertad de los medios de comunicación y su pluralismo.

(Artículo II - 71; Título II concerniente a Libertades del Tratado para el que se establecia una Constitución Europea)

jueves, 9 de junio de 2016

Sueños locos LXV (El ladrón del barrio)



  "Puca" es uno de los más famosos ladrones de Lugano. No es que haya robado gran cosa pero su historia de vida es sorprendente. Kevin González, así se llama, carga con el dolor de saber que su padre ha matado a su madre. El asesino es informante de la policía, además de ser un bandido que se mueve en una moto de alta cilindrada. Un hermano suyo, "Cito", Juan, es un raterito que se hace el dinero para las drogas con las carteras que le saca a las viejas y las mochilas que le quita a los chicos que van a la escuela. Por ahí hay algunos hermanos o primos más o menos en la misma situación pero no vienen al caso. Son muchos como para hacer una descripción pormenorizada de todos ellos. Como hecho "notable", puedo decir que un abuelo es miembro de la barra de Boca. En fin. "Somos una familia muy normal", como dice la canción. 

  Yo recuerdo a Kevin del fútbol en el barrio, la pileta del club y por haberlo visto cursar el final de la primaria apartado del resto de los niños. Estaba en el sector "adolescentes". Casi que le regalaron el título. Ya a muy corta edad fumaba y bebía dentro de la escuela. Pero eso no sería lo primero en su largo caminar por el mundo de la transgresión. 

  Mató a dos o tres personas. Hubo un crimen de un tercero cuyo destinatario era él pero el destino, Dios o una confusión le dieron la chance de prolongar su vida criminal hasta nuestros días, en los cuales camina por el barrio con gran tranquilidad, siempre en ostentación de su frondoso prontuario y con jactancia de haber matado a un vago que insultó a su madrastra allá por Villa Celina o algún distrito cercano. También ajustició a alguien en Villa Inta. De todas formas, es probable que haya mucho de "cartel", propaganda criminal, habladurías, rumores que se echan a correr para amedrentar a la chusma barrial, la que entrega hasta el sexo con tal de no cruzarse con ese demonio duramente anatemizado en el boca en boca. 

  Su existencia es real. Obvio, tengo la potestad de reservarme nombres y fuentes, cambiar lugares de los hechos e inventar algunas cosas. No voy a arriesgar mi vida por denunciar a un pequeño mafioso local cuando vivo rodeado de estos seres inescrupulosos. Soy como Israel: una nación judía cercada por países musulmanes. Soy la única democracia de este Medio Oriente. No obstante estas palabras, no las tomen como apología del sionismo sino como una simple analogía. Es para ilustrar lo que me pasa. Si me permiten una digresión, hace un tiempo era critico del Estado de Israel. Hoy lo apoyo pero a medias. Soy mitad sionista, mitad simpatizante de la causa palestina. En mi totalidad, quiero la paz. Pero no es el tema en cuestión.

  Quizás la introducción sea larga y engorrosa pero bien vale la pena que conozcan al personaje, al monstruo. Ese mismo que habría de hacerme pasar un momento de terror. Ya es sabido cómo empiezan la mayoría de las cosas malas: en medio de cosas buenas, como la historia de Adán y Eva y el pecado maldito cuyas consecuencias pagamos hasta nuestros días. Bien, yo estaba en el Edén de una amiga del barrio, el hogar de una chica sola hija de desaparecidos. Sus padres fueron raptados y asesinados durante la última dictadura militar que hemos padecido los argentinos. Ella es bien de izquierdas, obviamente. Yo, como es sabido, soy moderado en política. Por eso sigo con entusiasmo a Daniel Scioli. Bueno, ella y yo cenábamos y hablábamos sobre muchos temas. Es una mujer encantadora. Nació en 1976, quizás el peor año de la historia argentina. Mientras nos deleitábamos con un pollo al horno con papas al natural bañadas en salsa de tomate y perejil, debatíamos el futuro del país y nos contábamos el día a día de nuestras vidas. Yo soy trece años más chico pero confieso que me gusta como mujer. Aunque claro, nunca me dio pie para pasar a mayores. Me quiere mucho, como una hermana. Más querría que me vea como un novio. Quizás esa noche podría haber pasado algo entre nosotros pero un pequeño suceso vino a turbar esa paz, ese amor...

  "Puca" hizo su aparición estelar en el comedor del departamento. Obvio, con la seguridad que le da un arma en la mano derecha. No entiendo del tema pero creo que era una 45, se la veía pesadita. No sé cómo entró pero una vez ahí, frente a nosotros, empezó a reír con descaro. Se burló de los desaparecidos y dijo que no entendía cómo ella podía estar tan feliz de la vida luego de lo que le pasó. Rompió en llanto la pobre. El idiota nos pidió que nos quedáramos quietos y nos quitó las llaves, los teléfonos y todo lo que pudiera salvarnos, por ejemplo, los cuchillos de la cocina. Nos avisó que iba a volver pronto para desvalijar y ganarse la cocaína del mes (no lo dijo en estos términos pero me cuesta recordar su breve parlamento después de un momento tan duro). Una vez que se fue, ella y yo nos miramos. Nos abrazamos. Su llanto era desconsolado. Traté de calmarla. Le dije que lo importante es la vida, no lo material. 

- Ya sé, Alan, que la vida es lo que vale. Por eso lloro, porque se burla de mi historia, de mi familia, de mí, de lo que soy. Me duele en el alma. Es un hijo de puta. ¡Ojalá que se muera! No puedo creer que me venga a pasar esto. -

  No sé cómo se le ocurrió pero me mandó a esconderme en su cuarto. Me propuso atacar a este muchacho y al otro que viniera con él pues pocas veces andaba solo. Una vez que sonara la puerta del ascensor al abrirse en nuestro piso, sabríamos que debíamos preparar el contragolpe. En la "mudanza", más de una vez nos darían la espalda. No se puede cargar un televisor o una heladera y apuntar a alguien al mismo tiempo. Alguno se preguntará cómo sacar artefactos tan grandes sin que nadie se dé cuenta, sin que nadie denuncie. Pasa que en el edificio, al igual que en el resto del barrio, todos tienen miedo de morir o de ver a sus hijos en peligro. La Gendarmería es tan idiota que los llamás para que te salven y te mandan al muere: le dicen al delincuente que vos lo denunciaste. Más temprano que tarde, te espera una muerte segura o, como mínimo, un tiro en la rodilla para arruinarte la movilidad plena para siempre. Ahora bien, ¿por qué no nos ataron? Porque no son "profesionales" del delito sino que viven borrachos, drogados, envenenados de ignorancia y falta de inteligencia e imaginación, como buena parte del país que tenemos.

  La hora llegó. El idiota ingresó acompañado de un viejo petiso, canoso, lleno de arrugas y con olor a mierda y aliento a vino barato. "Puca" se encargó de empaquetar todo lo que había en el comedor. Ella, al ver un descuido de él, que le dio la espalda mientras embolsaba un microondas, no dudó y le dio un golpe muy fuerte en la espalda, lo mordió en la nuca y le estrujó los testículos con la mano. Una vez caído, le vacío el cargador en la cabeza. Estaba más enojada por la afrenta personal que por el robo en sí mismo. Además, temió, con justa razón, que quisiera violarla o lastimarme a mí. Lo que no dije de esta leyenda urbana del delito es que también se dice que mano a mano, sin armas, no es un eximio peleador, al contrario: mucho es lo que se cuenta de sus derrotas ante muchachos punks u otros jóvenes del barrio que no le tienen cariño.

 El viejo me encontró en el ropero y me pidió que salga para que "Puca" vea qué hacer conmigo. Lo vi tan débil, tan borracho y yo tan grandote que me reí. Y más habiendo sido notificado de la victoria de Lucía en la cocina, la chica hija de desaparecidos, que no dudó en gritar de rabia luego de la muerte en defensa propia. Al ver la situación tan light, decidí abrir los ojos: sí, aunque parezca mentira, tuve control de mis sueños. Fui consciente de todo. Así que me dispuse a despertar para ir a orinar. No valía la pena seguir hasta el final, como cuento en otros textos de mi colección Sueños locos... 

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